




Las semillas de las especies seleccionadas se recolectarán en zonas lo más próximas posible del lugar a restaurar, teniendo en cuenta así, que la procedencia genética y geográfica sea la adecuada. De esta manera, incluso, aunque carezcan de reconocimiento taxonómico, se evitará la posible pérdida de variabilidad genética de poblaciones que han podido evolucionar de manera aislada en diferentes partes de la isla.
