La restauración ecológica se define como el proceso de asistir la recuperación de un ecosistema que ha sido degradado, dañado o destruido (SER 2004; Society of Ecological Restoration). En general, existen dos tipos de restauración desde el punto de vista del manejo: 1) la restauración pasiva o sucesión natural, donde los ecosistemas se recuperan por si solos cuando no existen o se detienen los disturbios, regenerándose por medio de procesos ecológicos naturales y, 2) la restauración asistida o activa, que es un proceso inducido por el ser humano para recuperar la estructura y función de un ecosistema perturbado (SER 2004). Por ello, un proceso de restauración integral debería tener en cuenta y favorecer ambos tipos de restauración (Higgs 1997, Young 2000, Hobbs & Harris 2001, Clewell & Aronson 2013).